
Entre distintos cuidados, evitar compartir la bebida nacional emerge como una estrategia esencial para proteger a los grupos vulnerables de enfermedades respiratorias
martes 28 de mayo de 2024 | 20:00hs.
Con la llegada del intenso frío, se observa un aumento en la incidencia de enfermedades respiratorias. Este fenómeno se atribuye a diversos factores, como el incremento de actividades en espacios cerrados, no respetar medidas de higiene personal y la falta de vacunación en grupos de riesgo, haciendo que los casos de influenza, bronquiolitis, bronquitis y Covid-19 aumenten en todo el país. Ante esta situación, el Ministerio de Salud de la Nación lanzó una campaña informativa, que incluye recomendaciones que apuntan a evitar compartir objetos personales, como mate, vasos, cubiertos y utensilios, especialmente si se presentan síntomas respiratorios o se convive con personas vulnerables.
“Creo que es la primera vez que aparece el mate entre las otras recomendaciones, que son lavarse las manos con agua y jabón o alcohol, ventilar habitaciones para que no haya estancamiento de bacterias y virus, estornudar y toser en el pliegue del codo”, dijo Pedro Villalba, médico infectólogo. “Está muy en línea con la transmisión de virus como el Covid o la influenza. Durante un cuadro de personas con síntomas o sin síntomas que estén cursando el cuadro de infección, éste se secreta por saliva o secreciones respiratorias. De esta lógica nace la sugerencia”, expuso.
En diálogo con el programa Acá te lo contamos por Radioactiva 100.7, consideró que se trata de una medida difícil de llevar a cabo ya que, según el último censo, la yerba mate está presente entre el 90 y el 98% de los hogares. Sin embargo, remarcó que “las personas que saben que todos los años se enferman en invierno, que son alérgicas o que están dentro de los grupos de riesgo deben tener en cuenta que, al compartir el mate, hay más riesgo de contagio. Es recomendable no compartir el mate con personas que vemos poco, cada 15 días, y que después comparten con otras personas”.
A su vez, especificó que la vacuna antigripal está indicada tanto para el personal de salud como para las personas que tengan entre 9 y 64 años que tengan algún factor de riesgo como obesidad, diabetes, enfermedades cardíacas, respiratorias, algún tipo de inmunodeficiencia congénita o adquirida, enfermedades oncológicas y/o hematológicas, o enfermedades de riñón crónicas. A este grupo se suman las personas mayores de 65 años y embarazadas.
“La vacuna evita formas graves de la enfermedad, no va a prevenir que nos contagiemos”, aclaró. Asimismo, puso el foco en que “los pacientes que tienen indicación de vacuna antigripal muchas veces comparten la indicación de la vacuna antineumocócica, que es para la neumonía bacteriana”.
Sobre las personas con más riesgo a contraer enfermedades respiratorias, el especialista señaló que se tienen en cuenta los extremos de la vida. “Los niños tienen el sistema inmune en fase de aprendizaje. Los menores de 5 años andan siempre con moco porque es la primera etapa en la que se exponen a bacterias y virus. También el calendario de vacunación para la edad pediátrica en Argentina contempla la antigripal”, ahondó.
Cuidados y recomendaciones
Por otra parte, el infectólogo explicó que los cuadros de vía aérea superior afectan a la garganta y a nivel nasal, y que muchos de los tratamientos gripales son sintomáticos, es decir, se trata cada síntoma en pos de disminuirlo porque, generalmente, la gripe común se va sola.
Teniendo en cuenta que la temporada de frío acaba de empezar, luego de un largo período de casos de dengue, advirtió que los síntomas gripales son similares y hay que intentar distinguir una enfermedad de la otra. “La sugerencia es usar paracetamol o dipirona para bajar la fiebre. Si los síntomas persisten por más de 3 a 5 días, es probable que sea algo más asociado a lo bacteriano. Si el cansancio y la fiebre persisten por más de 3 días, es recomendable realizar una consulta, sobre todo si son de grupos de riesgo. También puede ocasionar dolor de cabeza, tos y conjuntivitis. Hay muchas similitudes con un cuadro gripal general”, profundizó.
Además, hizo hincapié en que la exposición no planificada al frío impacta en la salud. “El cuerpo debería encontrarse entre 36° y 37,5° por cómo se relaciona con el ambiente. Si estamos muy desabrigados, esto puede alterarse y generar algún tipo de trastorno inmunológico. Hay que evitar los cambios de temperaturas muy bruscos, no salir directamente de la calefacción al exterior”, recomendó. Sobre este punto, indicó que los calefactores y estufas muchas veces generan sequedades mucosas, lo que conlleva a la deshidratación.
Por ende, el médico sugirió tomar 2 litros de agua por día, consumir cítricos y alimentos ricos en fibra y vitamina C, y exponerse al sol para recibir vitamina D, como también usar barbijo en caso de asistir a un lugar muy hacinado. “La vitamina C tiene implicancia en los síntomas respiratorios al evitar la progresión de enfermedades graves, al igual que la vitamina D, que se ha asociado a evitar cuadros graves de infecciones respiratorias”, aseguró.
“No hay que temerle al frío, sino buscar opciones que nos permitan realizar nuestra vida lo más normal posible. Hay que salir a caminar, exponerse al sol y, durante la noche, dormir lo más temprano posible para tener un buen descanso”, cerró.

