domingo 23 de febrero de 2025 | 6:04hs.
La comunidad cannábica de uso medicinal en la provincia recibió con sorpresa el anuncio de Patricia Bullrich; sin embargo, es algo que esperaban. Es que desde la asunción al poder de Javier Milei, el Reprocann tuvo modificaciones que incluyen la reducción de la cantidad de personas para el cultivo solidario, el cultivo de menos plantas y que los profesionales de la salud que avalen la actividad de los cultivadores cuenten con una diplomatura o maestría sobre el uso medicinal del cannabis. Estos cambios fueron anunciados en agosto del año pasado por el Ministerio de Salud Pública.
Helga Knoll, de Misiones Cultiva, que elabora el aceite medicinal para su hija que tiene epilepsia refractaria, viene sufriendo los embates desde hace un año, cuando pidió la renovación de su registro y todavía no se lo autorizaron. Afortunadamente, tiene habilitado su permiso de cultivadora solidaria, si no se vería en serios problemas con la ley.
“El dar de baja todo significa volver a empezar. Para poder tener un Reprocann, nosotros tenemos que pagar a un médico autorizado para la vinculación. Ese costo que abonamos en su momento, ahora todos lo hemos perdido. Vamos a ver ahora qué es lo que solicitan desde el Estado nacional para poder generar, porque no sabemos qué significa eso de empezar de cero, qué controles, qué requisitos van a poner”, lamentó Knoll en diálogo con este medio.
Consideró que se vuelve a la estigmatización de la actividad y desmitificó que haya una planta de cannabis buena y otra mala, una medicinal y otra que droga. “No importa el modo de administración que utilices para paliar un dolor o para usar la terapia cannábica, la planta es la misma”, dijo.
Helga trata a su hija Sofía -que ayer festejaba sus 15 años- desde hace una década con aceite de cannabis por los fuertes episodios de epilepsia que sufría. Gracias a esta hierba, la ahora adolescente no volvió a tener ataques y su vida mejoró considerablemente.
“Es un logro poder verla ella disfrutar de esa manera y esto es gracias al cannabis, no hay otra explicación. En ella lo que vi es realmente salud, un cambio extremo y me refiero a que descubrí a mi hija, la conocí realmente porque anteriormente estaba dopada con los medicamentos que le recetaba el neurólogo. Y este es el discurso mío, es el de un montón de mamás que vimos lo mismo, pensamos lo mismo y que por eso luchamos”, remarcó.
La mujer vive en Puerto Rico y hacia allí se dirigen personas enfermas de toda la provincia buscando una alternativa a su dolor y a sus males. Pacientes con epilepsia, parkinson, fibromialgia, cáncer, adultos mayores que toman numerosas pastillas a diario.
“Siempre hablamos de la cadena de favores que hacemos entre nosotros, que viene una mamá, viene una familia, viene alguien y les enseñamos a cultivar, les regalamos semillas, les explicamos por qué es tan positivo que cada uno cultive en su casa, para saber qué cepa, qué planta es la que le hace bien a nuestros hijos”, compartió.
Por su parte, Martín Speyer forma parte de la Cooperativa de Trabajo Criadores del Litoral, con miembros de toda la provincia. Es una cooperativa semillera creada dentro de la Mesa de Cannabis del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) con un convenio con el Instituto Nacional de Semilla (Inase), para poder producir y regular el mercado de la semilla de cannabis “que es el primer paso hacia una industria legal, para poder tener acceso legal controlado y coordinado de la semilla y el material genético”.
“Hacemos fitomejoramiento, adaptación al clima, al suelo, a las condiciones ambientales, búsqueda y selección de especímenes que se vayan bancando ciertas necesidades que tenemos en nuestro ambiente. Trabajamos en investigación”, se explayó el profesional.
“Hay mucho trabajo ya hecho, pero desde el cambio de gobierno se frenó y hasta que tomen control, conocimiento y que realmente evalúen cuál es la situación, frenaron todo. Estamos todos dentro de ese freno en el que hay que esperar a ver cómo evoluciona la cuestión”, cuestionó.
Ambos celebraron la apertura del gobierno provincial en buscar una alternativa jurisdiccional y haber sido convocados para dar respuestas a una demanda que crece y es nada menos que una cuestión de salud, de bienestar de sus seres queridos.
“El problema es que haya habido un gran avance y que de repente volvamos a dar un volantazo y a la política de criminalización porque sabemos que hay un montón de gente bien detrás del trabajo que se viene haciendo y queremos que eso pueda continuar”, remarcó Speyer.
Y añadió: “Hay un montón de fuentes de trabajo en juego y son muchísimos los intereses de salud de las personas. Que solamente vean a la industria del cannabis como el narcotráfico, realmente nos apena muchísimo”.
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