
domingo 10 de agosto de 2025 | 6:02hs.
Los pagos por la mal venta de la empresa ascienden a U$S 18 mil millones.
El juicio por la expropiación de YPF lleva 10 años de trámite en el tribunal de la jueza Loretta Preska, a cargo del estrado del Segundo Circuito de Nueva York. Aún lejos de la definición final y se complejiza cada vez más. Preska ya condenó en primera instancia al Estado argentino a pagar U$S 16.000 millones por haber expropiado mal la petrolera en 2012, cuando Cristina Kirchner era presidenta. Los intereses corren desde entonces y esa cifra ya aumentó en unos U$S 2.000 millones. Son U$S 18.000 millones de una acreencia extra, “inesperada” e imposible de pagar para una país al que, además, le cuesta horrores sumar reservas al Banco Central.
Ese fallo “madre” fue apelado y tendrá la primera audiencia recién a fines de octubre, luego de las elecciones legislativas nacionales. Mientras tanto, Burford Capital, el principal beneficiario del caso, interpuso una serie de acciones en el tribunal de Preska, para presionar al país y forzarlo a negociar, algo que Argentina se niega a hacer desde hace una década. En ese sentido, ese bufete que cotiza en Londres y Wall Street y compró los derechos de litigio en esta demanda, trata de demostrar la condición de “alter ego” del Estado y la petrolera. Esto es, que son “lo mismo” y no existe independencia entre la compañía y el poder político.

