El ataque aéreo con drones lanzado por Ucrania sobre Moscú, el más grande desde que comenzó la guerra, pone en jaque la tortuosa negociación a dos bandas que está liderando Trump
domingo 16 de marzo de 2025 | 6:05hs.
Ucrania lanzó en las últimas horas su mayor ataque en Moscú y puso en peligro el acuerdo.
El mayor ataque aéreo lanzado sobre Rusia desde que comenzó la guerra de Ucrania hace tres años, con más de 300 drones ucranianos y un centenar de ellos enfilando hacia Moscú, ha puesto en jaque la tortuosa negociación a dos bandas que está llevando a cabo Estados Unidos con los contendientes.
Ucrania acepta la tregua de un mes (y prorrogable) propuesta por EE.UU. en Yeda, pero ese desafío a Rusia pocas horas antes de la negociación en Arabia Saudita podría incitar ahora al Kremlin a recrudecer la guerra pese a las posibles presiones de Washington.
A cambio de esa tregua de un mes, EE.UU. reanuda el envío de armamento a Ucrania y el intercambio de inteligencia militar, que había suspendido días atrás para coaccionar a Kiev a aceptar los términos de un alto el fuego a gusto de Washington. Es decir, a Rusia se le pondrían difíciles las cosas también en este sentido si quisiera dar una respuesta bélica contundente al ataque masivo ucraniano.
Los negociadores estadounidenses, encabezados por el secretario de Estado, Marco Rubio, acudieron a Yeda con cautela para no irritar a los rusos, con quienes ya llevan semanas negociando abiertamente y a puerta cerrada, pues el presidente estadounidense, Donald Trump, quería que el arreglo de la guerra de Ucrania fuera producto de un pacto de superpotencias, con la aquiescencia de Kiev.
Ahora, sin embargo, la apariencia es que Rusia ha sido relegada a su vez en esta fase de la negociación y que, tras aceptar Ucrania la propuesta estadounidense, debe ser Moscú quien acate sus términos en “reciprocidad”, según el acuerdo, que permitirá además prorrogar la tregua.
Rubio: “Ahora depende de ustedes”
Así lo subrayó Rubio al término de la reunión: “Ucrania está dispuesta a dejar de disparar y empezar a hablar y ahora dependerá de ellos (Rusia) decir sí o no. Espero que digan que sí y, si lo hacen, creo que habremos avanzado mucho”.
Pero Rubio lanzó una velada amenaza: “Si (los rusos) dicen que no, entonces sabremos, por desgracia, cuál es el impedimento para la paz aquí”, dijo el jefe de la diplomacia estadounidense en una rueda de prensa junto al consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, también enviado de Washington a Yeda.
En el marco en el que se firmó este acuerdo entre ucranianos y estadounidenses, volvieron a salir a la luz los espurios intereses económicos de Trump en Ucrania. Así, como quien no quiere la cosa, Rubio les dejó claro a sus interlocutores ucranianos que la Casa Blanca dejará listo para su firma por el gobierno de Kiev el documento para la cesión a EE.UU. de la explotación de buena parte de los recursos minerales estratégicos ucranianos.

Al conocerse el acuerdo, Zelenski se apresuró a señalar que ahora EE.UU. “debe convencer a Rusia” para que acepte el alto el fuego y éste entre en vigor lo antes posible.
Pero no parece que las cosas vayan a ser tan fáciles con los rusos, quienes quizá sabían que EE.UU. iba a poner sobre la mesa de la negociación con Ucrania esta propuesta de tregua. Pero seguramente les tomó por sorpresa que el preámbulo de las negociaciones fuera el desafío lanzado por Ucrania con ese ataque a gran escala con drones que llegó a la propia Moscú.
Pocas horas antes del encuentro de sus enviados con los estadounidenses, Zelenski ordenó arrojar sobre Rusia esa oleada de 343 drones (de ellos, casi un centenar contra la región de Moscú) en el mayor ataque aéreo no tripulado lanzado por Ucrania desde que empezó la guerra hace tres años.
La mayor parte de los drones fueron destruidos por las defensas antiaéreas rusas, pero el efecto simbólico se consiguió. La ofensiva a gran escala tenía como objetivo hinchar pecho ante los estadounidenses y quedar por encima de los rusos hasta el último momento.
El peligro ahora es que, tras el desafío ucraniano, en lugar de aceptar esa tregua, al menos inmediatamente como quiere Washington, el Kremlin se aferre a su ventaja actual en la guerra y recrudezca sus operaciones militares para recuperar el territorio aún en manos ucranianas en la región rusa de Kursk, aumentar sus conquistas en Donetsk, en el este de Ucrania o incluso para abrir un nuevo frente en la región norteña ucraniana de Sumi.
Europa en estos momentos está empeñada más en definir el camino para convertirse en una superpotencia militar, sin la mínima cohesión política necesaria para acometer tal empresa, y Ucrania, pese a las soflamas propagandísticas de apoyo hasta el final, ha pasado a segundo plano en su estrategia global.
Y hay una razón comprensible. En Bruselas está tan claro como en Washington, Moscú e incluso Kiev que la guerra está sentenciada militarmente y no precisamente a favor de los ucranianos.
Queda ahora por ver si Moscú, en caso de aceptar la tregua, admite también que acudirá a las negociaciones de paz con un fragmento de su territorio en manos ucranianas. No parece muy probable.
Unos 25 líderes mundiales, por el cese al fuego
Unos 25 líderes de la llamada ‘Coalición de los Voluntarios’, entre ellos el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, mantuvieron ayer una reunión virtual convocada por el primer ministro británico, Keir Starmer, para abordar la guerra en Ucrania y las formas de elevar la presión sobre el presidente ruso, Vladímir Putin.
Participó de la reunión el líder ucraniano, Volodimir Zelenski, junto a los principales países de la Unión Europea, de la Otan, de Canadá, Australia y Nueva Zelanda, informó Downing Street en un comunicado.
Los dirigentes enfatizaron que ha llegado el momento de adoptar “compromisos concretos” mientras Putin trata de perseguir maniobras dilatorias para no implementar el plan de paz propuesto por el mandatario estadounidense, Donald Trump.
El británico pidió, a corto plazo, una mayor presión económica sobre Rusia, que fuerce a Putin a ir a la mesa de negociaciones, mientras que a largo plazo reclamó que los países se preparen para “apoyar una paz justa y duradera” y para reforzar su apoyo a militar a Ucrania de forma que pueda defenderse por sí misma.
En cifras
153.000
Una estimación del número mínimo de personas, entre soldados y civiles, que han muerto en la guerra, aunque se presume un número mayor.
11.000.0000
Ese es el número de ucranianos que han sido desplazados, según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Peticiones de Putin, ¿inaceptables para Ucrania y aliados europeos?

