Con doce voluntarios, el acompañamiento educativo ya llega a 20 chicos. Se trabaja lectura, escritura y matemática, y la inscripción sigue abierta durante el año
domingo 23 de marzo de 2025 | 6:05hs.
La parroquia San Vicente de Paul presta su salón para las actividades en el barrio Unido.
Con el inicio del ciclo lectivo y el regreso de las actividades universitarias, muchas familias comienzan a enfrentar el desafío de acompañar el recorrido escolar de sus hijos. En ese escenario, y ante la dificultad de acceder a espacios pagos de apoyo escolar, surgen propuestas comunitarias que buscan sostener y fortalecer los aprendizajes.
En San Vicente, un voluntariado social se convierte en un espacio clave para brindar contención, acompañamiento y herramientas pedagógicas a niños y adolescentes de barrios populares.
Precisamente, el voluntariado social de la Universidad Nacional del Alto Uruguay (Unau) comenzó sus actividades el pasado miércoles. El trabajo se realiza en conjunto con Cáritas, en el salón comunitario del barrio Unido, donde también se articula con las familias de los barrios 25 de Mayo y San Miguel.
“Arrancamos el miércoles 19 de marzo con todo el equipo, de vuelta con Cáritas, el grupo Cáritas de acá que trabaja con la parroquia San Vicente de Paul, acá de San Vicente, que tiene su salón propio ahí en el barrio Unido, que también conecta con el barrio 25 de Mayo, con el barrio San Miguel, que son barrios aledaños y de donde provienen las familias y los estudiantes”, explicó el secretario de Cultura, Extensión y Relaciones Institucionales, Bruno Gini.
A su vez, detalló que el programa articula diferentes actores de la comunidad universitaria, entre ellos estudiantes, docentes, no docentes y egresados. El objetivo es acompañar de forma gratuita los aprendizajes de niños y adolescentes, sin ningún tipo de retribución económica, desde una propuesta social y pedagógica sostenida.

“Este año somos alrededor de doce voluntarios, entre estudiantes, docentes, no docentes y graduados que trabajamos, que estamos dispuestos a asumir este compromiso. Como bien lo dice el nombre de la actividad -voluntario- no tiene ningún estímulo económico, sino que solamente las ganas y las intenciones de generar un proyecto que tiene como principal tarea acompañar. Buscamos servir de espacio para el mejoramiento, el perfeccionamiento de las capacidades de lectura, de escritura y de matemática de los niños, niñas y adolescentes de los barrios mencionados”, subrayó.
Las jornadas se realizan los miércoles. A las 17 se brinda una merienda y luego se desarrollan los talleres didácticos hasta las 18.45, lo que permite un espacio de contención que combina cuidado, alimento y aprendizaje.
“El espacio completo arrancaría a las cinco y estarían de cinco casi hasta las siete menos cuarto ahí con nosotros, con un espacio de contención, que también es importante recalcar que es un lugar más donde los estudiantes y los niños, niñas y adolescentes, van después de salir de la escuela y siguen en contacto y siguen con los cuidados que es necesario, con alimentación buena, con trabajo de aprendizaje. Eso nos pone muy contentos”.
En el primer encuentro del año participaron 20 chicos de distintos grados. El equipo también acompaña a dos adolescentes que pasaron a secundaria y mantienen su vínculo con el voluntariado desde el año pasado.
“Actualmente van a concurrir este año, por lo menos de la actividad que tuvimos el miércoles, 20 niños de diferentes edades, desde primer grado hasta séptimo, y hay dos que ya han terminado séptimo grado y que empiezan el secundario. Vamos a ver también cómo trabajamos con ellos ya que va a ser la primera vez que tenemos chicos de secundaria que fueron del año pasado y que continúan este año. Eso también marca un lindo logro del voluntariado, porque los que estuvieron el año pasado siguen este año”.
Acompañamiento
En la misma línea, el secretario mencionó que el enfoque está puesto en reforzar contenidos de lengua y matemática mediante talleres diferenciados por nivel. La propuesta se sostiene con juegos didácticos, materiales adaptados y dinámicas grupales.
“La idea es trabajar porque lo identificamos desde el año pasado con lengua tanto en escritura, lectura y matemática, más que con otras áreas. Son las dos áreas que más vemos que necesitamos apuntar y trabajar con mucha paciencia, mucha dedicación y mucho compromiso. Nosotros tenemos una mecánica que es de trabajar no como clase, sino como taller. Llevamos materiales de lectura, materiales de escritura, juegos de suma, resta, multiplicación, división, fracciones, va a depender siempre del grado. Los separamos a los niños y niñas según el grado al que van y les vamos apuntando las actividades. A veces los chicos llevan su cuadernito separado del cuadernito de clase para trabajar con lo que hacemos nosotros”.
Contacto con la escuela de origen
Cabe resaltar que una de las estrategias implementadas este año es el trabajo articulado con docentes de las escuelas. El equipo mantiene contacto con los maestros y maestras para coordinar qué contenidos reforzar en cada caso.
“Producto de la experiencia del año pasado, tomamos la iniciativa de vincularnos muy puntualmente con las maestras de cada uno de estos niños que asisten al taller. Eso también lo hicimos para ponernos a disposición de los docentes para que nos indiquen en qué consideran que es necesario que apuntaremos más, si están trabajando -por ejemplo- escritura en la escuela ya sea en imprenta o cursiva. En el caso de matemática suma, resta o fracciones, que nos indiquen, así nosotros desde el voluntariado focalizamos más en esas temáticas que ellas nos marquen”, sostuvo el profesional voluntario.
La inscripción al voluntariado permanece abierta durante todo el año. Las actividades se adaptan al momento en que cada niño se incorpora y se prioriza el seguimiento individualizado.
“Este año tenemos el registro de cuáles son las escuelas a las que van los que participan en el voluntariado, quiénes son sus maestras y ahí nos comunicamos con ellas para hacer ese seguimiento. Para nosotros es importante que los chicos mejoren sus capacidades y sus herramientas de lectura, escritura y de matemática. Que se sientan contenidos, que se sientan a gusto con el espacio y que les guste estar en permanente aprendizaje. Creo que si logramos eso, está perfecto”, expresó el secretario de Cultura de la Unau.
Y agregó: “El año pasado cuando terminamos el voluntariado, todos nos decían que habían pasado de grado. Si bien, es un logro de ellos y de las escuelas, también nos sentíamos parte de ese logro por el hecho de haber estado tanto tiempo yendo todos los miércoles y aprendiendo y trabajando con ellos. Nos sentíamos parte y ellos cuando nos contaban creo que nos hacían parte de ese logro”.
Además del acompañamiento escolar, se prevén talleres comunitarios para personas adultas. Habrá propuestas sobre alfabetización, informática, alimentación, cuidado personal y prevención de consumos problemáticos.
“Este año también tenemos pensado generar otro tipo de actividades en estos lugares que vamos llevando voluntariado. Serán capacitaciones, charlas y demás, tanto de oficios como de capacitaciones en la alimentación, en higiene, en cuidado personal, en escrituras para adultos, en informática. Surgió también la necesidad de trabajar el tema de consumo problemático en los diferentes barrios y que también vamos a avanzar por ese lado, con la Subsecretaría de Prevención que el año pasado firmamos un convenio que fue muy importante y creo que este año podemos llevar adelante algunas actividades y todo eso también se está pensando en el marco del voluntariado porque todo hace a los procesos de alfabetización”.
El rol de la universidad pública
De igual forma, Gini remarcó que la universidad pública debe comprometerse activamente con los procesos educativos y brindar respuestas ante las desigualdades que se expresan en las comunidades.
“Como parte del entramado de formación educativa, por más que seamos el último nivel, que es el nivel de educación superior, tenemos que ser parte de trabajar por la solución. No tenemos que, decir ‘bueno, ¿quién es el responsable, si es el nivel primario, el nivel secundario?’ No. Hay una dificultad que todos logramos reconocer, bueno, pongámonos todos a trabajar en eso”, puntualizó sobre el rol de la educación pública.
“La educación pública transforma y busca siempre transformar y para eso estamos, que todos los que nos formamos en la educación pública tenemos -si se quiere decirlo de alguna manera- el compromiso y el deber moral de devolver a la sociedad todo lo que la misma sociedad nos dio para permitir formarnos”.
La articulación con Cáritas se canaliza a través de la profesora María Florencia Gauna, directora de Integración Sociocomunitaria, dependiente de la Secretaría de Extensión.

